Después de obtener mi bachillerato en artes en la Universidad Brown, en Rhode Island, trabajé como asistente legal y luego, como investigadora asistente de compañías Fortune 500. También fui parte de un juicio trascendental de Título IX, cuyo propósito era mejorar las oportunidades de las mujeres en los deportes. Durante este tiempo, hablé mucho en público, fui testigo ante el Congreso de los Estados Unidos y participé en varios programas de televisión relacionados con deportes femeninos. Después de conocer a algunos educadores increíblemente apasionados, decidí que quería sentir ese tipo de pasión en mi trabajo.
Pasé un año trabajando para una compañía que me envió a distintas escuelas privadas en los Estados Unidos, para enseñar destrezas de lectura y estudio. Luego, enseñé seis meses en una escuela en Washington, DC, con alumnos en riesgo de sétimo año. De allí, estuve seis meses enseñando inglés en Venezuela.
Esto fue suficiente para convencerme que quería dedicar mi vida a la docencia. Me registré en un programa de ruta alterna en Baltimore, Maryland, que me permitió enseñar el segundo grado a tiempo completo al mismo tiempo que estudiaba por las noches para obtener mi certificación como docente. Fui seleccionada por mi escuela como la maestra sobresaliente del año en dos de mis tres años de docencia en Baltimore. Amaba la docencia pero añoraba regresar a Latinoamérica. En 1999, logré un contrato por dos años para enseñar el tercer grado en Country Day School.
Disfruté cada minuto de mis dos años en Costa Rica. Durante mis vacaciones, estudié y obtuve la maestría en educación en la Universidad Estatal de Framingham.
En Country Day School, me sorprendió inmensamente ver la facilidad con la que los niños aprenden el lenguaje. Mis alumnos de segundo grado hablaban dos, tres y hasta cuatro idiomas. Sentí que existe un daño real cuando la mayoría de los estudiantes en los Estados Unidos no tienen la oportunidad de aprender bien una segunda lengua en la escuela. Entonces, encontré una escuela pública en dos idiomas en la Ciudad de Nueva York, donde obtuve un puesto enseñando el tercer grado en inglés y en español, en días alternos. Estuve enseñando allí 3 años y pasé las vacaciones en Ecuador, México y Brasil.
Nuevamente, sentí el llamado de América Latina. En el 2004, regresé a Country Day School como maestra de segundo grado. Después de enseñar el segundo grado por diez años en CDS y de tener dos hijos propios, decidí salir del aula y trabajar como maestra de desarrollo del idioma inglés. En este puesto, actualmente apoyo a los estudiantes que ingresan a nuestro centro docente y no dominan el inglés. Conforme hice la transición a este puesto, CDS me dio la oportunidad de obtener un certificado TOEFL y asistir a varias conferencias sobre la enseñanza del inglés como segunda lengua.
La docencia es mi verdadera pasión. Siento que soy muy afortunada de tener un trabajo que disfruto tanto.