27 March 2025
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¿Pueden crear los colegios a mejores pensadores? Nord Anglia así lo cree.

¿Pueden crear los colegios a mejores pensadores? Nord Anglia así lo cree. - Can Schools Build Better Thinkers Nord Anglia Thinks So ¿Pueden crear los colegios a mejores pensadores? Nord Anglia así lo cree. - Can Schools Build Better Thinkers Nord Anglia Thinks So

Para prosperar en un mundo de ritmo vertiginoso, complejo y liderado por la tecnología, la gente joven quieren disponer de más que puro conocimiento.

  

Es un mensaje que nos llega alto y claro a través de una nueva encuesta realizada a más de 1500 «zoomers» que están transitando la época de colegio, universidad hasta el mercado laboral.

  

La investigación independiente realizada por Nord Anglia Education revela que los jóvenes de 18 a 25 años, de tres continentes diferentes, son muy conscientes de que aunque las buenas notas pueden ser necesarias, no bastan.

  

Junto con una formación académica sólida, los entrevistados de la Generación Z del Reino Unido, India y Estados Unidos, quieren que sus colegios les ayuden a tener confianza, desarrollando aptitudes para solucionar problemas, pensamiento crítico y creatividad.


De hecho, al 70 % les hubiese gustado tener un mayor entendimiento de cómo piensan y aprender a sentirse más seguros en situaciones nuevas y complicadas.

  

Un sistema centrado en la memorización

Muchos jóvenes lo describen como un sistema centrado en memorizar datos para aprobar exámenes en los que se juegan mucho, y que deja relegadas otras aptitudes a ocasiones puntuales.

  

Amy Lee logró las notas para estudiar Estudios Clásicos en Oxford pero afirma que los requisitos académicos de la universidad de élite supusieron un «shock cultural» porque su colegio británico no le había enseñado a pensar por sí misma, o reflexionar sobre su aprendizaje.

  

«Es tan importante que las aptitudes enseñadas en el colegio nos ayuden en la vida y en el trabajo, no solo en los exámenes», dice la veinteañera. «Nos han enseñado a escuchar lo que el profesor dice y confiar ciegamente. Pero si tu jefe te dice: «Vale, ¿tiene alguien alguna idea» o «Me encantaría que me dieses tu opinión», y te limitas a seguir la corriente a la persona con autoridad de la sala, no será de gran ayuda».

 

 

Los efectos de estructuras de aprendizaje rígidas

 

Sanat Dayani, que trabaja en consultoría, tuvo una experiencia parecida en su colegio en Delhi.

  

«Los estudiantes reciben una plantilla y nos dicen: "Lo tenéis que hacer así porque es lo que dicta nuestro sistema"», afirma.  «Puede que no sea la forma de desarrollar un entendimiento pero así son las cosas. La formación académica es el objetivo final que te va a llevar a una universidad u otra».

 

 

El papel de las actividades extracurriculares

Los jóvenes mencionan las actividades extracurriculares, incluidos los deportes, los debates, la música y el teatro, el voluntariado y programas al aire libre, como importantes «generadores de confianza», pero lo que sucede en las clases también debería contribuir: desde los debates en clase, la exploración de temas en mayor profundidad, las presentaciones y los discursos en público hasta compartir opiniones con los compañeros.

  

«Creo que muchos de mis compañeros cuestionan sus propias capacidades para ser trabajadores o gestionar un problema», dice Joshua Moore, de 25 años, un graduado de música que trabaja en comunicaciones. «En vez de solucionar ellos solos un problema, su primera reacción es buscar ayuda».


Advierte que la gente joven que está creciendo en la era de la información lo primero que hacen cuando se les pregunta algo es coger el teléfono, en vez de tener confianza y pensar solos.

  

El impacto de la tecnología en las aptitudes de pensamiento

Ishu Gupta, coordinador de estudios en Oakridge International School Gachibowli, en Hyderabad, India, está de acuerdo. Para ella, el mundo moderno, con su obsesión por las notas y la tecnología omnipresente, está dificultando que los niños desarrollen el hábito de pensar en su propio aprendizaje.

  

«A algunos niños les cuesta entender la importancia del esfuerzo» explica. «De muchas maneras diferentes, todo se ha vuelto demasiado cómodo. Con solo googlear algo puedes dar con la respuesta, pero este hábito no promueve un aprendizaje más profundo ni aumenta la confianza».

 

 

La metacognición Un superpoder de aprendizaje

El colegio de Ishu está entre los más de sesenta colegios del grupo Nord Anglia que está participando en una serie de proyectos de investigación dirigidos a potenciar la autosuficiencia de los niños en su propio aprendizaje a través de la metacognición. Esto significa que forma a los niños para que sean conscientes de cómo aprendez, cómo regular su aprendizaje y a reflexionar sobre el proceso de aprendizaje en sí. Nord Anglia lo llama un «superpoder para aprender».

   

Como pilares, el enfoque de Nord Anglia se centra en seis características clave, las 6 C, que los jóvenes necesitan para prosperar en el siglo XXI: curiosidad, pensamiento crítico, creatividad, compromiso, colaboración y compasión. Los colegios están enseñando de forma explícita a los niños «rutinas de pensamiento» para respaldar de forma consistente las ambiciones de estos aprendices. 

Rutinas de pensamiento en acción

 

Una buena manera de pensar sobre las rutinas de pensamiento, desarrolladas por Project Zero, un centro de investigación en el Harvard Graduate School of Education, es como un trampolín de ideas, y una plataforma para ordenarlas.

  

Estudiantes de 1.º de la ESO en una clase de inglés en el Nord Anglia International School Abu Dhabi, en Emiratos Árabes, están desarrollando curiosidad utilizando una rutina de pensamiento llamada «pelar la fruta».

  

Niños que estudian un poema nuevo dibujan cuatro círculos concéntricos. En las capas externas anotan la información superficial, por ejemplo, palabras que destacan. En la siguiente capa, pueden observar por qué algunos versos son más largos que otros y la estructura del poema. A continuación, profundizan aún más, explorando los dispositivos literarios utilizados por el poeta, antes de pasar al centro, lo que el autor está intentando decir.

  

La técnica ha permitido a los alumnos de la ESO con capacidades heterogéneas abordar con éxito poesía de alto nivel, según Katie Keen, jefa de enseñanza y aprendizaje y líder de metacognición en la escuela.

  

«El profesor no se limita a decirles a los estudiantes lo que necesitan saber, permitiéndoles, potencialmente, desconectar su pensamiento y simplemente copiarlo; los estudiantes impulsan activamente su propio aprendizaje, con el profesor como guía», afirma. 

 

Padres como socios en la metacognición

Los padres también pueden ayudar a que sus hijos pongan en movimiento sus músculos de metacognición. En el British International School Abu Dhabi, a las familias se les presenta una ambición de estudiante cada semestre, y las rutinas de pensamiento que las respaldan.

 

«Hemos estado usando la rutina "Ver, pensar, preguntarse" para estimular la curiosidad y también se puede utilizar fuera de la escuela», dice el maestro de primaria Aaron Regan. «En una visita al Burj Khalifa, por ejemplo, puedes preguntar a tus hijos: ¿Qué te llama la atención? y animarlos a que formulen sus propias preguntas: ¿Qué altura tiene? ¿De qué está hecho? E intentar encontrar las respuestas».

 

En desacuerdos con los compañeros, los estudiantes pueden utilizar la rutina de pensamiento compasivo «Sentimiento y opciones. Promueve que valoren cómo se siente la otra persona y qué opciones podrían tener, una técnica que por ejemplo, puede emplearse años más tarde para lidiar con colegas de trabajo.

 

La metacognición es un promotor de confianza

 

La metacognición ha sido una revelación para los estudiantes que se perciben a sí mismos como de bajo rendimiento, según Jehovánie Mbenteu, profesor de ciencias en NACIS, en Shanghai, China.

 

«Cuando estos estudiantes descubren cómo aprenden mejor, empiezan a ver su propio potencial», afirma. «Una barrera importante para la confianza es el miedo a cometer errores al ser el primero en hablar, especialmente en un entorno de aprendizaje de una segunda lengua, pero las actividades de rutina de pensamiento abordan esto y crean un compromiso significativo».

 

Alexander Blatt, director del departamento de inglés secundario de la escuela, cree que los rápidos cambios en nuestra sociedad globalizada (en tecnología, política y modos de comunicación) han hecho que sea más difícil desempeñar un papel significativo como ciudadano y empleado. Lo que a menudo se denomina «aptitudes blandas» está demostrando ser todo lo contrario.

 

«El término no ayuda» afirma. «Hace que estas aptitudes suenen como que no importan demasiado, cuando en estos tiempos complicados, la resolución de problemas, la compasión y la colaboración son definitivamente las cualidades adecuadas».

 

A algunos estudiantes puede costarles comprender lo que la metacognición puede ofrecerles. Jamie Robertson, director adjunto de educación física en el Collège du Léman, en Ginebra, describe una mesa redonda en su escuela, donde cuatro adolescentes insistieron en que los enfoques de metacognición eran una pérdida de tiempo.

 

Aunque el profesor se dio cuenta de que en vez de haber fracasado con ellos, el proyecto les había proporcionado la confianza para argumentar y presentar un punto de vista.

 

«Estaban empleando técnicas de metacognición, debatiendo su aprendizaje, estableciendo su punto de vista y también señalando las contradicciones» afirma. «Puede que no viesen el beneficio que les había aportado en ese momento, pero posiblemente lo verán».

 

Un impacto duradero en los estudiantes

 

Para Aaron Regal, en Abu Dhabi, empezar pronto es clave: «Si podemos desarrollar las 6 C en los primeros años, cuando nos dejan finalizado el bachillerato, contaremos con un grupo que puede pensar de forma compasiva, crítica, creativa y colaborativa» indica. «Qué mundo estaríamos viendo».